30 de mayo de 2011

Una noche...

Fue una noche, aquella en la que soñé que era el final, que todo acababa, que no seguía un día más.

Era tarde, las gotas de lluvia golpeaban fuertemente contra la ventana y su sonido opacaba el fuerte latido de un corazón que se desgarraba en la oscuridad. Estaba ahí, parado frente a mí sin decir una solo palabra, con sus ojos llenos de ternura y miedo a la vez.

Despiadadamente le pedí que me entregara su corazón, le dije que no podía conservarlo más, que el sentimiento estaba volando sin autorización y con un gesto de confusión en su cara, me entregó lo más preciado que ha tenido en su vida.

Sin pensarlo desgarré cada parte de ese corazón y poco a poco, cada trozo cargado de sentimiento se estrelló contra el suelo… él, con sus ojitos llenos de lágrimas, solo agachó la mirada y se marchó para no volver.

Desperté de golpe, pero en mis manos… un pequeño trozo aún palpitaba…

1 comentario:

  1. ... Desearía perderme en la inmensidad de tus pensamientos, naufragar en ellos y así, descubrir la grandeza de tu corazón, y aunque independientes en su sentir, hacen parte de ese todo, de esa unidad.. de ese ser especial y emocional que escribe acá.

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