11 de enero de 2012

Callejón

Aquella noche él abrió los ojos de golpe, había tenido un espantoso sueño de una realidad que no quería recordar. Trató de incorporase, pero su cuerpo cansado permanecía aferrado al colchón de un pequeño catre en el que dormía; apretó los ojos una y otra vez, pero la oscuridad densa de la habitación no le permitía ver nada... no podía distinguir si seguía dormido o estaba despierto.

Miles de imágenes de aquel día fatal pasaban por su mente; movía de un lado a otro la cabeza tratando de disiparlas, pero aparecían cada vez con más fuerza y mayor claridad. Aún no podía recordar qué había pasado y los hechos eran confusos para él...

Lo que veía no era claro, iban y venía partes de su recuerdo y no podía distinguir ningún lugar, ningún color, ninguna persona...

De repente su cuerpo se estremeció.. había descubierto, entre tantas sombras, un rostro, una cara familiar... Ella estaba ahí. Al recordarla, comenzó a desesperarse, sentía cómo su corazón palpitaba, tan duro, que creía poderlo escuchar retumbando en las paredes corroídas por la humedad de la pequeña habitación.

Con su cuerpo empapado en sudor, y con el rostro de ella en su pensamiento, recordó de golpe qué había pasado... Todas las imágenes comenzaron a cobrar sentido: el callejón, la lámpara que prendía y apagaba intermitentemente, el mural de aquella pared... su cuerpo tendido sobre la empedrada calle...

Por un momento la habitación se llenó de un silencio ensordecedor y una imagen más apareció frente a él como una revelación: unos ojos brillantes y amarillos observaron todo...

Rápidamente, y venciendo todas las fuerzas que insistían en mantenerlo acostado, se incorporó y haló como pudo la cortina de la ventana para permitir que entrara la luz de la calle; un pequeño rayo entró por la vidriera e iluminó tenuemente la habitación, pero aquella lámpara seguía prendiendo y apagando sin detenerse... De repente, una imperceptible explosión dejó a oscuras el callejón...y fue así como descubrió que, aquellos sigilosos ojos de gato, aún continuaban mirándolo por entre la rendija...

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